Bodegas El Mero

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El viñedo

El carácter distintivo de nuestros vinos proviene de nuestro suelo, nuestro clima, nuestras variedades, nuestra gente y nuestras tradiciones. Cada uno de estos cinco elementos son especialmente únicos y diferentes en nuestro viñedo, y la combinación de todos ellos aportan una complejidad distintiva y una individualidad exclusiva a nuestros vinos.

Las variedades

La viticultura gallega se ha caracterizado a partir del último cuarto del siglo XX en la recuperación de variedades autóctonas (o castas como se denominan en Galicia) que, a partir de la plaga de la filoxera, habían sido sustituidas por otras variedades foráneas más productivas.

Pese a lo que pueda parecer, las variedades no autóctonas siguen siendo la mayor parte del viñedo gallego, variedades como la garnacha tintorera, el palomino o los híbridos productores directos, son más del 56% de las 33.400 hectáreas de viñedo de Galicia. Mientras que variedades como el albariño, mencía, godello o treixadura, ocupan el 18,0%, 9,7%, 3,6% y 3,3% respectivamente.

La realidad en la zona que regula la I.G.P. de Betanzos, es similar a la del resto del viñedo gallego, con coexistencia de variedades autóctonas y foráneas, por ello el pliego regulador autoriza ambos tipos de variedades. Entre las variedades blancas permite el godello, albarín blanco (blanco legítimo), chenín blanco (agudelo) y palomino fino; mientras que entre las variedades tintas autoriza el mencía, brancellao, merenzao, gran negro y garnacha.

Entre estas variedades, por su adaptación al clima y condiciones locales son el godello, blanco legítimo, agudelo, mencía, brancellao y merenzao las que producen vinos de mayor calidad, y por ellos son las recomendadas por la I.G.P.

En Bodegas El Mero, pensamos que tanto el blanco legítimo como el agudelo, son las uvas que mejor expresan la identidad del terruño o “terroir” de las Mariñas Coruñesas y de la Tierras de Betanzos, y por ellos nos hemos concentrado sólo en la producción de vinos de estas dos variedades.

Blanco legítimo

La uva blanco legítimo es una variedad autóctona del noroeste de España, destacada por su capacidad para producir vinos frescos y de alta calidad. Se caracteriza por su tamaño pequeño y piel gruesa de color amarillo verdoso. Esta variedad es apreciada por su alta acidez y por sus aromas intensos, que suelen incluir notas de cítricos, manzana verde, flores blancas y hierbas frescas. Los vinos elaborados con blanco legítimo tienen un perfil elegante, equilibrado y con una buena capacidad de envejecimiento. Además, es reconocida por su versatilidad, permitiendo la creación de vinos tanto jóvenes como más complejos.

Agudelo

La uva agudelo o chenín blanco es una variedad blanca muy versátil, utilizada en la elaboración de vinos que pueden variar desde secos y frescos hasta dulces y espumosos. Se destaca por su acidez vibrante y su capacidad para expresar una amplia gama de aromas, que incluyen notas de manzana verde, flores blancas, miel y frutas tropicales. Esta uva es apreciada por su adaptabilidad a diferentes estilos de vinificación y su habilidad para producir vinos con buena estructura y potencial de envejecimiento. Además, el agudelo ofrece una experiencia sensorial compleja, rica en matices y equilibrio, potencial aromático y estructural. El chenín blanco se utiliza tanto en vinos monovarietales como en mezclas, siendo apreciada por su capacidad de envejecimiento y complejidad.

Origen clonal

Uno de los principios básicos de nuestro proyecto es la autenticidad y especificidad, y esto es un compromiso que cuando afirmamos que nuestros vinos son locales, no sólo nos referimos a que están cultivados y elaborados en nuestros viñedos y bodegas situados en Abegondo, dentro de la I.G.P. Tierras de Betanzos y dentro del área protegida de reserva de la Biosfera de las Mariñas Coruñesas, sino que vamos más allá de los requisitos legales para producir vinos dentro de la I.G.P y nos autoexigimos que nuestras vides sean descendientes clonales de los pocos viñedos tradicionales que han sobrevivido en esta zona.

Esto no es poca cosa, ya que nos obliga a un trabajo arduo todos los inviernos tras la poda, para seleccionar y recoger las varas en una decena de pequeños viñedos, y que son los que mandamos a viveros autorizados, para injertar en barbados para producir las plantas que plantaremos en la próxima campaña. Renunciamos por tanto a plantar clones comerciales, provenientes de otras zonas de albarín blanco (blanco legítimo) y chenín blanco (agudelo).

A continuación, mostramos algunos de los viñedos de los cuales seleccionamos el material genético que usamos para la replantación nuestros viñedos.

Viña en O Piñeiro, en el concello de Betanzos, es un pequeño viñedo con viñas viejas de agudelo. Viña en Caresma en el concello de Coirós, uno de los viñedos de blanco legítimo más viejo de la IGP. Viña de A Peregrina, en el Paraje de Bravio, en el concello de Betanzos, es un viñedo tradicional con mezcla de viejas. Viñedos en las orillas del río Mandeo, en socalcos tradicionales. Viña en Paraje de O Penso, en el concello de Betanzos, que es uno de los viñedos más tradicionales e icónicos de Betanzos, con unas viñas fantásticas de blanco legítimo, situado en las laderas del río Mandeo a la vista de la villa vieja de Betanzos. Viña de Vales en el lugar de Queirís, en el concello de Coirós, pequeño viñedo junto a una casa particular con vides viejas de blanco legítimo. Emparrado en Quintas, Paderne, uno de los pocos viñedos plantados en emparrado de la zona, también de blanco legítimo.

Como podéis ver, conseguimos nuestras plantas de toda la diversidad de local de viñas de blanco legítimo y agudelo. Vides viejas de pequeñas explotaciones familiares descendientes de vides prefiloxéricas, que han conservado algunas des estas maravillosas vides, la mayor parte en viñedos mixtos con multitud de variedades, muchas de ellas foráneas.

Terroir

El concepto de terroir, o terruño que diríamos aquí, hace referencia al conjunto de factores ambientales y naturales que influyen en el cultivo de la uva y en las características finales del vino. Aunque la palabra proviene del francés y se traduce como «terreno» o «suelo», en el contexto vinícola abarca mucho más que la tierra en sí misma.

Los principales elementos que conforman el terroir son los siguientes:

  1. El suelo: Su composición (arcillosa, calcárea, arenosa, etc.), la riqueza en materia orgánica y su granulometría.
  2. El clima: La temperatura, la cantidad de lluvia, las horas de sol y las variaciones estacionales.
  3. La topografía: La altitud, la orientación de las laderas (norte o sur) y la exposición al viento.
  4. Las prácticas vitivinícolas: Aunque el terroir se refiere principalmente a elementos naturales, las decisiones del viticultor, como el tipo de poda, riego y cosecha, también juegan un papel importante.
  5. La biodiversidad: La flora y fauna local pueden afectar indirectamente la calidad del vino, ya sea por la presencia de microorganismos beneficiosos o por la protección que ofrecen las plantas.

Todos estos factores contribuyen a la singularidad de un vino, generando características de sabor, aroma y textura que pueden asociarse a una región específica. Así, se entiende que un vino refleja el «alma» del lugar donde se cultivan las uvas.

El suelo

La composición del suelo, en el que las cepas enraízan, es uno de los elementos más determinantes del terroir. Por ejemplo, los vinos provenientes de suelos de pizarra suelen ser más intensos que los de suelos arenosos. Los suelos pedregosos producen vinos con colores más intensos, mientras que los suelos arcillo-calcáreos tienden a generar vinos más elegantes y con una fruta redonda (Baigorri B70).

La riqueza de materia orgánica en el suelo también influye en la concentración del vino: los suelos pobres suelen dar vinos más intensos, mientras que los suelos ricos en nutrientes tienden a generar vinos más fluidos. La granulometría, es decir, el tamaño de las partículas del suelo, afecta su capacidad para retener agua. Los suelos arcillosos, por ejemplo, retienen mejor el agua, mientras que los arenosos tienen dificultades para conservar las reservas hídricas.

En nuestro caso, podemos destacar dos aspectos fundamentales del suelo: primero, un sustrato de suelo con una profundidad mínima de un metro, y segundo, un sustrato de roca formada por esquistos.

Nuestras parcelas provienen principalmente de terrenos que antes eran prados o cultivos, por lo que el suelo tiene una textura franca, limo-arenosa, con alto contenido orgánico. Esto favorece el drenaje, lo cual es crucial en climas húmedos, ya que previene enfermedades y permite un desarrollo robusto de las raíces. Sin embargo, el alto contenido orgánico puede inducir una mayor productividad, lo que podría resultar en vinos más fluidos. Por esta razón, controlamos el vigor de las plantas y redujimos la producción para potenciar la intensidad de nuestros vinos.

Los suelos de esquistos, por su parte, son conocidos por su excelente drenaje y por retener calor durante el día, liberándolo por la noche. Este «efecto de acumulación de calor» proporciona un ambiente más cálido por la noche, lo que favorece una maduración uniforme de las uvas. Además, los esquistos aportan una «mineralidad» única al vino, confiriendo a los vinos complejidad y notas terrosas, salinas y minerales. Los vinos de suelos esquistosos suelen tener una acidez más pronunciada y una estructura más definida, lo que los hace especialmente adecuados para vinos blancos de larga guarda.

El clima

La comarca de Betanzos, situada en el noroeste de Galicia, se caracteriza por un clima atlántico, que influye de manera significativa en la viticultura de la zona. Las temperaturas son suaves durante todo el año, sin grandes variaciones estacionales. Los inviernos son fríos pero no extremos, mientras que los veranos son frescos, con temperaturas medias que no superan los 25°C, lo que favorece una maduración lenta y la preservación del potencial aromático de las uvas.

Betanzos recibe una cantidad considerable de precipitaciones a lo largo del año, especialmente en invierno y otoño. Sin embargo, es significativamente menos lluviosa que otras zonas gallegas. Por ejemplo, mientras que Abegondo tiene una media anual de precipitaciones de 1.116 mm en los últimos 20 años, Cambados alcanza los 1.474 mm y Santiago supera los 2.300 mm. Esta diferencia hace que Betanzos reciba suficientes lluvias para satisfacer las necesidades de las vides, pero con una presión menor en cuanto a la humedad excesiva y las enfermedades fúngicas, lo que reduce la necesidad de tratamientos anuales en comparación con otras zonas como Rías Baixas.

El nivel de humedad en Betanzos es generalmente elevado, y las nieblas matutinas son frecuentes, especialmente cerca del río Mero. Sin embargo, nuestros viñedos se encuentran a una altitud suficiente como para no ser excesivamente afectados por estos factores. Mantener un buen sistema de ventilación es crucial para evitar problemas sanitarios, lo que logramos mediante la pendiente de las laderas y la influencia de los vientos atlánticos que entran por los valles de los ríos Mero, Mandeo y Mendo.

El principal desafío de la zona es la menor exposición solar, que se estima entre 1.700 y 1.900 horas anuales, frente a las 2.000 horas que se alcanzan en Rías Baixas. Esto puede resultar en una cosecha más tardía en comparación con otras regiones, lo que favorece una maduración más gradual de las uvas y una mayor acidez en los vinos blancos. Sin embargo, también aumenta el riesgo de que algunas variedades de ciclo largo no lleguen a madurar completamente.

Prácticas vitivinícolas

Los elementos clave, como los portainjertos y las variedades de uva, son fundamentales en los resultados de nuestros vinos. Si bien utilizamos variedades tradicionales de la comarca, hemos implementado decisiones innovadoras, especialmente en cuanto a los patrones de plantación. Estamos observando cómo estas decisiones impactan tanto en la productividad como en la calidad de las uvas.

Hemos optado por marcos de plantación amplios, con 2,5 metros entre las hileras

de vides, para favorecer la aireación y reducir el riesgo de plagas fúngicas.

En cuanto a la poda, emplearemos técnicas específicas según las variedades: poda larga con Guyot para el blanco legítimo y un cordón Royat sencillo para el agudelo.

No utilizamos riego y aplicamos una viticultura respetuosa con el medio ambiente, sin herbicidas ni insecticidas, y minimizando los tratamientos antifúngicos, aunque no buscamos la certificación como viñedo ecológico.

La topografía

Aunque la mayoría de los viñedos en la IGP de Betanzos están a baja altitud, la zona es relativamente montañosa, con altitudes que varían desde el nivel del mar a pequeñas cumbres no alcanzan los 600 metros. La mayor altitud por ejemplo en Abegondo es Castro Maior con 478 m.

de vides, para favorecer la aireación y reducir el riesgo de plagas fúngicas.

En cuanto a la poda, emplearemos técnicas específicas según las variedades: poda larga con Guyot para el blanco legítimo y un cordón Royat sencillo para el agudelo.

No utilizamos riego y aplicamos una viticultura respetuosa con el medio ambiente, sin herbicidas ni insecticidas, y minimizando los tratamientos antifúngicos, aunque no buscamos la certificación como viñedo ecológico.

Biodiversidad

La biodiversidad es esencial para mantener el equilibrio en los viñedos. La presencia de insectos beneficiosos, como abejas y mariquitas, contribuye al control natural de plagas como pulgones y ácaros, lo que reduce la dependencia de pesticidas. El mantenimiento de cubiertas vegetales también promueve la biodiversidad, Un desafío importante para esta biodiversidad es la presencia de la avispa velutina en la zona, que no solo consume las uvas, sino que también está afectando gravemente a la población de abejas. Es crucial planificar campañas anuales de control de esta especie invasora para proteger tanto la biodiversidad como la producción de uvas. protegiendo contra la erosión y fomentando un ecosistema saludable tanto en el aire como en el suelo.

Las parcelas

Actualmente, Bodegas El Mero dispone de unas cinco hectáreas de terreno distribuidas en tres parcelas dedicadas al viñedo, cada una en diferente etapa de desarrollo. Todas nuestras parcelas se encuentran en el municipio de Abegondo, en la parroquia de Leiro, dentro de la zona protegida por la Indicación Geográfica de Betanzos.

Cada parcela presenta características únicas, como diversas exposiciones solares, grados variables de aireación y particularidades edafológicas. Aunque en todas ellas cultivamos las variedades de blanco legítimo y agudelo, hemos utilizado distintos patrones para injertar, incluso dentro de la misma variedad. Esto da lugar a una variabilidad en las fechas de recolección, no solo entre parcelas o variedades, sino también dentro de una misma variedad en una misma parcela.

Por este motivo, la vinificación de nuestras dos variedades se realizará por separado, atendiendo tanto a las particularidades de las parcelas como a los diferentes momentos de recolección, para posteriormente buscar el ensamblaje que optimice los parámetros sensoriales del vino.

Nuestras parcelas se encuentran en una franja de latitudes entre 43º11’25’’N y 43º11’41’’N, lo que coloca a nuestros viñedos entre los más septentrionales de Galicia y España. La Indicación Geográfica de Betanzos es una zona costera caracterizada por marismas y suaves colinas de baja altura. Nuestros viñedos se sitúan a altitudes moderadas, aunque relativamente altas dentro de lo que es habitual en el viñedo de la indicación, entre los 107 y los 130 metros, y están protegidos de los vientos provenientes de la ría de La Coruña, aunque sí reciben la influencia de la cuenca fluvial del río Mero, especialmente en forma de nieblas matutinas. Tanto la elevada latitud, como la exposición a la ría determinan el fuerte carácter atlántico de nuestros vinos.

Al igual que ocurre en otras regiones gallegas, nuestras parcelas conservan los nombres ancestrales que se han transmitido de generación en generación.

Blanco legítimoAgudeloOs QuintosPichasOs Patelos123

Os Quintos

Esta es nuestra primera parcela adquirida y la primera que plantamos en febrero de 2025. Tiene una forma casi rectangular en tres de sus lados, mientras que el cuarto lado presenta una curvatura que se adapta al camino con el que limita. Su superficie es de 19.760 m².

La parcela está orientada hacia el este-noreste (ENE), con una altitud máxima de 120 metros en el extremo oeste, que desciende a 107 metros en el extremo este, lo que da lugar a una ligera pendiente del 8,1%. De este modo, recibe principalmente luz solar durante las mañanas.

El suelo es de textura franca, con una distribución equilibrada entre arena y limos, y prácticamente sin arcillas. Posee una gran profundidad, superior a un metro, sobre un lecho de roca de esquistos característicos de la zona de Betanzos.

En cuanto a la plantación se ha realizado un marco de plantación que con calles de 2,5 metros y con líneas en las que las plantas están separadas una distancia de 1,1 metros entre ellas. Esto da como resultado una densidad de 3.265 plantas por hectárea. Las líneas de la zona norte se han plantado con la variedad agudelo, mientas las del sur lo han sido con la variedad blanco legítimo.

Decidimos plantar tanto el agudelo como el blanco legítimo sobre el portainjerto Ritter 110, aunque un 10% de las plantas se injertaron sobre el portainjerto Gravesac. El total de plantas es de 4.436 de albarín blanco (4.186 en Ritter 110 y 250 en Gravesac) y 2.014 de agudelo (1.765 en Ritter 110 y 249 en Gravesac).

Os Patelos

Esta parcela tiene una forma irregular que recuerda a la unión de dos trapecios por sus lados más largos, con una superficie total de 24.090 m². Se compone de dos pequeñas laderas que convergen en un riachuelo afluente del río Mero, el cual atraviesa la propiedad en dirección este-sureste (ESE).

El 80% de la parcela corresponde a la ladera en la margen izquierda del riachuelo, que se orienta completamente al sur (S). Esta área alcanza una cota máxima de 118 metros a la altura del camino de acceso y de 102 metros en el riachuelo, con una pendiente uniforme del 10,1%. Por otro lado, la ladera en la margen derecha, mucho más pequeña, se orienta al norte-noreste (NNE), ascendiendo desde la cota 102 hasta los 107 metros, con una suave pendiente del 7%.

El suelo de la parcela tiene una textura franca y gran profundidad, sobre una roca madre de esquistos.

El marco de plantación que se utilizará en esta finca es el mismo que en nuestras otras parcelas: calles de 2,5 metros con una separación entre plantas de 1,1 metros, manteniendo una densidad de plantación similar. La plantación se realizará en 2026. En este caso, la parte superior de la ladera, orientada al sur, se destinará a la variedad agudelo, que requiere más horas de insolación, mientras que las zonas más cercanas al riachuelo, en la parte baja de la ladera, se sembrarán con la variedad blanco legítimo.

Tal como explicamos en el boletín del 25 de enero de 2025, hemos decidido utilizar dos portainjertos diferentes para cada variedad con el fin de evaluar su comportamiento a largo plazo. Hemos utilizado los portainjertos 3309-C y 101-14MGT para el blanco legítimo, y SO4 y 101-14MGT para el agudelo, con un 50% de las plantas injertadas con cada patrón.